En EcoMonegros hacemos muy buenos productos, aunque siempre decimos que tenemos los mejores clientes.
Hace 13 años que comenzamos nuestra andadura empresarial. Muchos no saben que, antes de crearla, no sabíamos lo que era la masa madre, ni habíamos mezclado harina y agua con levadura. En nuestro pueblo había 4 panaderías y todas hacían buen pan y buenas tortas. Además, nuestra yaya hacía unos postres riquísimos. Así que, ¿para qué complicarse la vida?
Cuando mi tío se preguntó por qué el pan ya no era como el de antes, nosotras estábamos acabando la carrera y mis padres se dedicaban a cultivar trigo. Oficios y formación muy distinta al mundo panadero. La decisión de hacer pan con este trigo, con productos ecológicos y con masa madre era un gran reto para nosotros y lo sigue siendo. Las condiciones climatológicas cambian las características de la semilla cada año e incluso en cada campo; la masa madre varía según la temperatura, la harina con la que la alimentas, la energía con la que se amasa y la humedad o sequedad que reina en el ambiente. Lo mismo ocurre en el amasado del pan. Hasta la emoción y el humor con los que lo formas influye en el producto final. Es por eso que, en nuestro obrador, es casi imposible que el pan salga siempre igual.
Nuestro trabajo
En nuestro molino no hay expertos que analizan la fuerza, la elasticidad y la humedad del trigo, nadie mezcla harinas para conseguir unas características determinadas, ni podemos elegir un trigo de una región u otra. Tenemos unas materias primas básicas con las que trabajar. La variedad de productos ecológicos locales y de temporada es reducida y para conseguirla hay que planificar las compras, pedir certificados ecológicos a los proveedores, y calcular lo que vas a necesitar de aquí a un mes como mínimo, porque de hoy para mañana es casi imposible conseguirlas.
El producto sale.. como sale. A veces el pan crece y está tierno y jugoso. Otras, está más denso. Unas veces lo ves claro y, otras, oscuro. Todo depende de tantos factores que, muchas veces, identificar el problema y solucionarlo es difícil y hay que tener mucha paciencia. Hay que variar fórmulas, dar más o menos fermentación, cocer con más o menos temperatura, cruzar los dedos o cantarle una jota a la Virgen de Magallón.
Por eso decimos que tenemos los mejores clientes. Porque ellos comprenden que el pan sale cada vez de una manera.
¿Habéis probado a hacer pan en casa? ¿Y una tortilla? ¿Os sale siempre igual? Pues es más fácil hacer igual 10 tortillas que un pan con trigos antiguos y masas madre ecológicas. Y si a eso le sumas que nosotros no éramos panaderos…
Nuestro primer día
El día que inauguramos el obrador en Leciñena hicimos pan blanco y pan integral durante toda la noche. Por la mañana, dijimos que sólo habíamos hecho pan integral. El blanco estaba tan mal que se lo dimos a las gallinas. Sin embargo, hay clientes que siguen con nosotros desde el primer día. Ellos saben que todos los días cambia algún factor (semilla, molienda, masa madre, amasado, temperatura, humor). Al principio, nos daba vergüenza mostrarles los productos que hacíamos. Y siempre había alguno que nos decía: “No me lo regales. Véndemelo al precio que corresponde. Quiero venir mañana y seguir comprando un producto de estas características. Ya aprenderéis.” Por clientes así estamos hoy aquí, manteniendo la ilusión del primer día, confiando en que aprenderemos de cada situación, con cada reto. Gracias por vuestra confianza, por vuestros ánimos, por vuestra paciencia. Sois los mejores clientes.
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